Que tire la primera piedra quien no ha caído alguna vez en esa grasienta tentación que es la comida rápida. Si pasas por un centro comercial y piensas comer allí, es casi imposible no verte obligado a acudir a una de estas grandes cadenas que no aseguran mucho más que una digestión pesada.
Por suerte, muy cerca del C.C. Mediterráneo de nuestra amada Capital Gastronómica se ha desarrollado todo un tejido de bares y restaurantes que van desde lo más tradicional al exotismo del lejano oriente. Hoy os dejo por aquí una selección de tres lugares en los que podéis coger fuerzas para una tarde de compras o cine sin tener que recurrir a las multinacionales del ‘fast food’.
Bar Aguamarga
Calle Felipe II, 54 (Almería)
Tuve serias dudas de si incluir este local en el artículo que tenéis delante o en uno sobre buenos bares de pescado. Y es que, aunque ya me pusieron sobre aviso, la calidad y variedad del producto del Aguamarga me golpeó como una ola, que diría la más grande. Me podría pasar horas destacando detalles que hacen imprescindible esta taberna, pero me quedaré con esa tapa de suprema de pulpo, la gamba roja (también de tapa) y unos gurullos marineros que están para entrar a vivir. La fritura, otra maravilla que merecería ser inmortalizada en un bodegón del Prado. No os lo podéis perder.






Manuela Marbacoa
Calle Felipe II, 82 (Almería)
Unos metros hacia arriba tenéis una opción perfecta si sois más de arrimaros a una buena brasa. A pesar de su nombre, la fama del Manuela la tiene bien merecida por sus carnes a la parrilla, que podéis degustar tranquilamente sentados de mesa y mantel. Pero si lo vuestro son las tapas, no deberíais de pasar por alto la costilla a baja temperatura, que se os deshará en la boca; ni su carrillada, que es una golosina, todo ternura. Además, ganan puntos con nosotros, queridos devotos de los callos, con una preparación a la altura del resto de la carta.






Bodeguica Miguel del Rei
Calle la Pilarica, 7 (Almería)
Otro templo para los amantes de la buena vaca al fuego. Presumen, con un cartel bien grande, de contar con materia prima de Iruki, una cárnica vasca que ha recibido premios nacionales por sus famosas ‘txuletas’. Además de eso, si queréis algo rápido y sencillo, os ofrecerán una extensa carta de tapas donde sale a relucir la calidad de su cocina. Muestra de ello es una carrillada con un toque especiado muy particular o unos callos muy a mi gusto, trabados y en el punto justo de picante.





