Hay quien pierde el apetito cuando llega el verano y suben las temperaturas. Gente sospechosa, extraña, que no es de fiar. Personas que desprenden una energía de la que debéis alejaros si queréis conservar el paladar y el buen gusto.
Como a nosotros, gastroamigos, no se nos quitaría el hambre ni aunque se abriera la misma entrada al infierno en la Puerta de Purchena, se me había ocurrido proponeros un puñado de tapas que no os subirán los colores durante estos días en los que nos visita la cacareada ola de calor.
Matrimonio – Casa Sevilla
Calle Rueda López (Almería)
En esta taberna, que se ha convertido en clásica, preparan la que, probablemente, sea la mejor versión de una de las tapas más curiosas del sureste español. Cuando acudimos a una elaboración tan sencilla, al final, cada pequeño detalle marca una gran diferencia. Anchoa y boquerón de calidad, un pan tostado en su justa medida, la proporción exacta de tomate sobre el mismo y, como detalle, un pimiento de piquillo que le da color y un toque único.

Ensaladilla rusa – El Quinto Toro
Calle Juan Leal, 6 (Almería)
La representante más insigne de las vitrinas de tapas frías tiene una clara ganadora en esta ciudad. Y esa no es otra que la de una barra legendaria que yo califico a menudo como mi favorita en Almería. De nuevo, el equilibrio como arma fundamental: el de la mayonesa con una patata no demasiado triturada y el de la cantidad justa de variantes y atún para completar un bocado imprescindible en el verano.

Queso con trufa – Alcorte
Calle Valero Rivera, 2 (Almería)
Para los devotos del queso como yo, este lugar es un auténtico referente. Y si en verano no os apetece enfangaros con callos, migas o pucheros de trigo, Alcorte es una gran alternativa que brinda una gran cantidad de opciones de tapas frías. Esta que os muestro, fragante, potente y embriagadora, me tiene conquistado y obsesionado desde el primer bocado. Necesito más.

Tosta de sardina marinada con mermelada de pimiento rojo y queso de cabra – El vino en un barco
Calle Arco, 2 (Almería)
Sólo puedo describir este plato como una bomba de sensaciones. Sus tres ingredientes se colocan en lugares radicalmente diferentes del mapa de sabores. La dulzura suave de esa mermelada da un contrapunto perfecto a la intensidad ácida de la sardina que se redondea con un queso cremoso que envuelve todo en tu boca. Para valientes.

Marinera/bicicleta/canutera – La Cava
Plaza Marqués de Heredia, 7 (Almería)
Estas tapas son santo y seña de la gastronomía murciana más cañí. No deja de ser una construcción compuesta por una ensaladilla rusa que sobrevive en equilibrio sobre una rosca alargada y que está coronada por una anchoa, un boquerón o unos pedazos de atún o melva en aceite. Sencilla, efectiva y que nos saca de la rutina del plato al que tan acostumbrados estamos en nuestra capital.

Tosta de atún al punto – Jovellanos 16
Calle Jovellanos, 16 (Almería)
El punto del atún es este que veis abajo y no se hable más. Punto y final, valga la redundancia. Sectarismo aparte, el gran secreto de este atún se encuentra, no solo en lo logrado de su cocción, sino en una fresca y divertida ensalada de tomate que le sirve de base y en, por supuesto, la vinagreta azul que le da su personalidad tan particular.

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