Aguadulce siempre ha sido un pedazo muy importante de mi vida. El lugar donde han quedado conservadas en formol memorias de una dulce niñez y una pubertad indómita que ni el paso del tiempo ni las retroexcavadoras han podido devorar.

Sus calles aún significan, para este que escribe, libertad y una paz impagable. Carreras al poli-caco, el primer baño en la playa, la primera cerveza, el primer beso y el recuerdo de aquella chica de melena dorada que ponía tierra de por medio cada septiembre.

Para el resto del mundo, el municipio roquetero es sinónimo de verano, vacaciones y un lugar entregado al ocio tanto nocturno como familiar que actúa como un oasis a pocos kilómetros del barullo de la capital. Con una oferta gastronómica creciente, conviene separar el grano de la paja en cuanto a bares se refiere, para que no os perdáis el día que hagáis una escapada por su Paseo Marítimo o al cine de verano.

Mr. Lemmon

Plaza de la Concha, 17 (Aguadulce, Roquetas de Mar)

Lo habitual cuando alguien nuevo llega a este lugar es que el dueño salga a recibirte y te explique el concepto de su carta. No utilizan fuegos, todo lo que sale de su cocina está elaborado con técnicas menos habituales como la baja temperatura (LT) o el vacío. Con esto consiguen una propuesta absolutamente única en muchos kilómetros a la redonda y que no deja indiferente a nadie. Sabores atrevidos y texturas delicadas son su seña de identidad. No dejéis pasar por alto la terneza de su carrillada LT, la extravagancia de unas patatas a la brava de las que presumen por allí, ni, por supuesto, la jugosidad del mejor brownie que este gastroamigo vuestro ha probado jamás.

Los Mariscos

Calle Isla de Tenerife, 1 (Aguadulce, Roquetas de Mar)

En un lugar radicalmente opuesto al anterior tenemos uno de los restaurantes enseña de Aguadulce. Toda una vida elaborando con tino el recetario más tradicional y combinándolo con un servicio eficiente incluso en las noches más ajetreadas, que no son pocas en la temporada estival. Bordan el arte del tapeo con propuestas sencillas y de toda la vida, como un equilibrado matrimonio, su carne en salsa marca de la casa o unos de los callos más logrados que probaréis por estos lares. Pero, además, si no os importa rascaros el bolsillo un poco más, Los Mariscos es uno de esos lugares en los que dejarse llevar pidiendo raciones de pescado fresco.

La Galleta Gastrobar

Calle Encinar, 13 (Aguadulce, Roquetas de Mar)

Este establecimiento ha sufrido una reforma en los últimos meses que lo ha transformado por completo. Ahora han abrazado el concepto ‘gastrobar’, que tanto gusta a unos y espanta a otros. En este caso, La Galleta ha realizado un buen trabajo a la hora de ofrecer tapas especiales que le llenan a uno los cinco sentidos. De eso dan fe la untuosa y sorprendente carillera a la vainilla y esa costilla a la piedra que te conquista del primer al último bocado.