De cañas por Oliveros

Hoy os llevo a un barrio que no es especialmente encantador, ni grande, tampoco populoso o con una tradición arraigada. La de Oliveros es una zona en la que conviven a pocas calles de distancia familias de todos los estratos, procedencias y oficios que configuran una amalgama cultural que se ha desarrollado desde los 80 hasta hoy.

Cuenta, sin embargo, con un puñado de bares muy destacables y que se han convertido por méritos propios en los favoritos de muchos, por el simple hecho de hacer bien lo que deben: dar de comer. Es curioso que, a pesar de que Oliveros no cuenta con una amplia oferta de restauración, casi todas las tabernas que se me vienen a la mente tienen, por lo menos, algo que las hace destacables. Hoy os traigo tres que no podéis perderos si os dais una vuelta por allí.

Bar Nevada

Calle Doctor Aráez Pacheco, 17 (almería)

Un lugar castizo como el que más, cuya fama ha ido transvasándose de generación en generación. Barra de parroquianos fieles en la que cuesta sudor y lágrimas encontrar hueco cualquier mediodía del fin de semana. Famosos por su pescado a la plancha y frito y por una fascinante tapa de ‘matrimonio’ a la que soy adicto. Recientemente ha cambiado su gerencia, que pasó a manos de un antiguo empleado sin perder ni un ápice de lo que lo hacía especial.

La Tasquilla

Calle Canónigo Molina Alonso, 40 (Almería)

En el espectro radicalmente opuesto al anterior tenemos a La Tasquilla. Con una carta que se empeña en hacer requiebros con la cocina exótica para traerla a los sabores que nos son familiares, consigue que hagamos viajes de ida y vuelta por todo el mundo en un par de bocados. Baos, tacos, kebabs o ceviches se mezclan con la clásica carrillada, los callos o unas bravas en una conjunción gastronómica armoniosa y potente.

Bar restaurante Chele

Calle Canónigo Molina Alonso, 44 (Almería)

Otro gran clásico reconvertido que ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a saber reforzar sus puntos fuertes: buen pescado elaborado como se debe. Pocas estridencias encontraréis saliendo de sus fogones. Sin embargo, en el Chele no se limitan a poner sobre la plancha buen producto, sino que han sabido darle unos leves toques de atrevimiento a algunos de sus platos, como son las cortezas de bacalao que acompañan al atún o la patata de la casa, que sin duda os sorprenderá si no habéis pasado por allí antes.

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